Buenavista, abril 14 de 1960.
Srta. Lucía González
P. M. P.
Mi amada Lucía:
Te saludo en el nombre del Señor a quien ruego porque estés bien; gracias a Dios yo estoy bien. Me dijo Luis que estabas medio mala en estos días pasados de tal manera que ni al programa de la juventud pudiste asistir. Espero que con la ayuda de Dios ya estés bien
Óyeme Lucía, aquí también tengo que aplicar el disquito de: “no escribo más porque fulano se va y no espera”, pero sucede que Luis está esperando por la carta y voy a ver hasta donde puedo llegar.
Aquí estamos en casa de la hermana Julia Morris acampados. Todavía no se nos ha unido la nueva compañera. Ya no sólo tengo que sufrir el cambio del lugar tan a menudo, también el cambio de director.
De mi familia te diré que están bien, pero papá está aquí en La Habana, que se sintió un poco mal y vino a pasar unos días en casa de la familia de aquí. La visita de papá me ha desconcertado un poco, pues me dice que quiere firmar y pronto. Está que casi no habla y lloró orando conmigo. Ora mucho por él porque yo sé que únicamente Dios lo puede convertir y hacerlo permanecer.
Antes de anoche vi a María de lejos; vino al culto acompañada con Elsa. Cuéntame de tu familia, sí han venido a verte.
Aunque yo no soy muy expresivo, te repito que te quiero, que el tiempo pasa y con él se acerca el futuro. Sigamos orando, esperando y haciendo la voluntad de Dios, que Él hará y veremos cumplida su voluntad también en nuestras vidas.
Dale recuerdos a todos los hermanos en esa, también a los miembros. Diles que los recuerdo siempre aunque no les escriba. Dile a Sofía y a Honoria que me escriban. Yo no lo hago ahora porque estoy esperando el alto de un momento a otro. Dile a Orestes que me escriba también.
Puedes contestarme a La Lisa que los hermanos viene a los cultos casi todas las noches. Sin más ahora, se despide de ti hasta la próxima, tu novio que te quiere,
Ventura Luis
Yo creo que ya estés bien, pero si todavía te sientes mal, ponte bien cuando leas mi carta.
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